"Mi pequeño hermano quiere dormir". Imagen del usuario de Sina Weibo, Mian Qu, también disponible para dominio público.
Shichengke boguerox amuyiwa [zh] kunats jamuqax politiku ukhamarak jaqinakataki.
«Mi pequeño hermano quiere dormir» es una miniatura, una metáfora y una interrogación. Representa la dura realidad de las aldeas rurales que han sufrido la degeneración causada por el sistema de registro de vivienda y la falta de seguridad social.
El tema en cuestión no es, por supuesto, el derecho a dormir. Nuestro sistema de bienestar no ha alcanzado a las raíces de la sociedad. El bienestar infantil se ha convertido en mera charla, particularmente en los poblados pobres. Los beneficios que los niños gozan dependen totalmente del ingreso familiar. Aunque la degeneración no se ha dado en las aldeas, los padres aún no tienen tiempo para cuidar a sus niños; historias parecidas [a la de la foto] son inevitables.
Los abuelos de la pequeña niña también están privados de su derecho a disfrutar su vida de retiro. Al contrario que sus contrapartes urbanas, la tercera edad en las aldeas no tiene una edad de retiro por la falta de protección de bienestar social. Tienen que mantenerse cultivando su tierra hasta una edad muy avanzada. «Los niños no tienen de quién depender mientras que los viejos no tienen quién los alimente» – este es el triste mensaje que transmite la foto.
Espíritu oscuro: La sociedad también se inquieta por los niños abandonados y culpa a los padres. Sin embargo, ¿sabe la sociedad el nivel de ingresos de esas familias? ¿Se puede mantener a la familia y la educación de los hijos sin que [los padres] tengan que trabajar en las ciudades? La sociedad sigue instando a la preocupación, pero no han habido sugerencias constructivas.
Piedra necia: Un gran número de trabajadores migrantes han contribuido a la construcción de ciudades y al desarrollo económico para asegurarse un sustento. Sin embargo, como resultado de los errores en las políticas del gobierno y el manejo de las ciudades a través de decisiones oficiales, los niños no pueden seguir a sus padres y disfrutar de la educación en las ciudades. Nuestros oficiales de gobierno no volverán a enfrentar un problema semejante, así que tienen que reflexionar.
Lodo de Sésamo: No culpen a los padres, están tratando de hacer lo mejor para lograr un sustento y velar por sus hijos. No quieren dejar su hogar y vagar por el mundo. Sin embargo, sin buenas políticas en las áreas rurales y apoyo a la agricultura, será imposible mantenerse en las aldeas. La gente no puede siquiera respirar con la inflación y los altos índices de pobreza que hacen que vivir en las zonas rurales sea cada vez más difícil. El gobierno tiene la culpa por el hecho de que los niños estén viviendo en la pobreza. Los gobiernos provinciales y locales también tienen su parte de responsabilidad. No hablen tonteras sobre que hay demasiada gente que necesita ayuda, el dinero de los contribuyentes debería ser usado para ayudar a los necesitados. Nuestros impuestos están entre los más altos del mundo, deberíamos dejar que los niños tengan un mejor nivel de vida y estén con sus padres.
Un niño gritó: «Odio la primavera.» El maestro le preguntó por qué. El dijo: «En primavera, mis padres se van a trabajar. Regresan hasta el invierno.» Esta conversación sucedió en la aldea de «Mi pequeño hermano quiere dormir». Vi el video con lágrimas en mis ojos. Este es el destino de 58 millones de niños abandonados. La sociedad y el país les deben lo que se han perdido.